Entrevista a Arantza Leturiondo Aranzamendi, asesoría.
Hoy tenemos el placer de presentaros a Arantza Leturiondo, Asesora en Urbanismo, Gestión Pública, Desarrollo Sostenible y Agenda Urbana, Viceconsejera de Planificación Territorial y Agenda Urbana en el gobierno vasco.
Arantza, has trabajado en diversos sectores relacionados con el urbanismo, la planificación territorial y la sostenibilidad. ¿Cómo comenzaste en este campo y qué te motivó a seguir esta trayectoria profesional?
ALA: Mi acercamiento al mundo del urbanismo empezó en el Ayuntamiento de Galdakao, donde comencé a trabajar como funcionaria en el año 1980, después de obtener mi Licenciatura en Derecho. Así, pues, mi carrera se inicia desde la Administración más cercana a los problemas de la ciudad y de la gente, pero no podemos olvidar que en esa época el urbanismo era una disciplina centrada en regular el uso del suelo y presidida por el mundo de la arquitectura casi en exclusiva.
En 1991 acepté el reto que me propuso Jon Larrinaga, consejero vasco de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medioambiente para ser nombrada directora de Ordenación del Territorio. Era el momento en el que, en desarrollo de la recién aprobada ley 4/1990 de Ordenación del Territorio del País Vasco, se comenzó con la elaboración de las primeras Directrices de Ordenación del Territorio (DOT).
La ley vasca era pionera en la materia, así que la aventura estaba servida. Se trataba de abordar una tarea sin precedentes, la de redactar el documento de ordenación conjunta de la totalidad del territorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Las DOT tenían que construir un marco de referencia de la ordenación y el uso de los espacios y del territorio que sirviera para formular y ejecutar las diferentes políticas sectoriales, así como para acotar la actividad urbanística municipal. Y lo hicieron con un elemento innovador, el carácter vinculante de algunas de sus determinaciones, que dejaban así de ser simples recomendaciones y pasaban a ser normas de obligado cumplimiento.
Les correspondía también la delimitación de las zonas de especial protección ecológica, cultural o económica, la definición de las áreas más idóneas para las grandes infraestructuras y equipamientos, o la cuantificación de la necesidad de viviendas, especialmente de las de protección oficial.
Así es que tuve la oportunidad de asistir al inicio de la ordenación territorial de Euskadi.
En tu experiencia como viceconsejera de Planificación Territorial y Agenda Urbana en el Gobierno Vasco, ¿Cuáles fueron los proyectos más desafiantes o significativos que lideraste y por qué?
ALA: Curiosamente, ocupar la Viceconsejería de Planificación Territorial me dio de nuevo la oportunidad de participar en la revisión de aquellas DOT, después de sus más de 20 años de vigencia. Me entusiasmó la idea y nos pusimos manos a la obra en esa tarea colectiva.
El reconocimiento a la labor realizada vino de la mano del Premio Nacional de Urbanismo 2020 concedido por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).
Este premio fue, sin duda, un reconocimiento a la práctica consolidada de la ordenación del territorio en el País Vasco. Estas nuevas DOT representaban la nueva estrategia territorial vasca hasta el horizonte 2040 y trataban de garantizar un uso sostenible del territorio, sin comprometer los recursos disponibles para las generaciones futuras. La gran novedad fue la de introducir una serie de cuestiones transversales que dan sentido a la nueva ordenación como son: la perspectiva de género, la salud, el envejecimiento de la población, el cambio climático, la movilidad, la economía circular o la debida gobernanza. Su gran valor estaba, sin duda, en que se trataba de un trabajo colectivo en el que había habido una importante participación institucional y ciudadana que había dado como resultado un documento que había alcanzado consensos en todas las Administraciones vascas.
En paralelo a su elaboración, se abordó también otra importante tarea, la de integrar los retos urbanos en la Agenda Urbana-Bultzatu 2050, con el objetivo de construir ciudades habitables que aseguren a sus habitantes las condiciones de vida dignas desde el punto de vista medioambiental, laboral, de la vivienda y del acceso a los servicios básicos, teniendo en cuenta que más del 85% de la población vasca se concentra en municipios de más de 10.000 habitantes y las áreas metropolitanas de las tres capitales vascas acogen al 72% de toda la población.
Publiqué en la Revista Ciudad y Territorio nº209 (otoño 2019), junto a Ignacio de la Puerta, el artículo titulado “La Ordenación del territorio en Euskadi: su contribución a un desarrollo territorial y urbano equilibrado y sostenible”, que viene a recoger la síntesis de ese largo proceso, incluyendo su evaluación y resaltándose su enorme contribución a lo que hoy es Euskadi.
Desde que te convertiste en asesora independiente en 2021, ¿Cómo ha cambiado tu enfoque en los proyectos de urbanismo y desarrollo sostenible? ¿Hay algún proyecto reciente que te haya resultado especialmente gratificante o interesante?
ALA: Con motivo de mi jubilación, me empiezo a plantear la posibilidad de compaginarla con la actividad profesional como asesora independiente y seguir contribuyendo a la generación de conocimiento en torno al desarrollo territorial y urbano sostenibles.
Me resulta interesante abordar el tema ahora desde la perspectiva privada. Mi trabajo en este momento se centra en prestar asesoramiento tanto a entidades públicas como privadas en materias relacionadas con la planificación y la gestión urbanísticas, la vivienda, o el medioambiente, sin descartar la docencia que siempre me ha tentado. He participado en el máster en vivienda pública organizado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad del País Vasco en colaboración con el Gobierno Vasco y pertenezco al equipo de docentes de ADR Formación.
Asimismo, formo parte del consejo asesor creado por el consejero de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco, Javier Hurtado, para la elaboración de la ley vasca de turismo.
En tu labor como asesora en temas de gestión pública, urbanismo y desarrollo sostenible, ¿cómo ves la evolución de las políticas urbanas en los últimos años? ¿Crees que ha habido avances importantes en estos ámbitos?
ALA: La propia noción de política urbana representa ya una evolución frente a la política urbanística como una política exclusivamente municipal.
Es una realidad que hoy, en un contexto internacional y europeo, las políticas urbanas tienen un carácter transversal y son el marco de las diferentes políticas sectoriales que han de ser globalmente consideradas. Tienen que responder a esos retos ambientales, sociales, económicos y tecnológicos que tienen por delante.
<El urbanismo ha dejado de ser una disciplina de profesionales de la arquitectura para pasar a ser una actividad multidisciplinar>
, donde confluyen y tienen cabida todas las profesiones, las técnicas, las científicas y las humanísticas.
Hacer frente a las nuevas exigencias de movilidad urbana, a los nuevos modelos de vivienda, o a la nueva configuración y uso de los espacios y los equipamientos, requiere también de nuevos modelos de gobernanza, basados en la coordinación institucional, en la colaboración público-privada y en el impacto y las posibilidades del uso de la tecnología al servicio de las políticas urbanas.
En cuanto a tu experiencia con la planificación territorial en el Gobierno Vasco, ¿qué retos crees que enfrentan las ciudades y territorios en la actualidad en relación con el crecimiento urbano sostenible?
ALA: Con motivo del proceso participativo previo a la elaboración de la Agenda Urbana – Bultzatu 2050 ya se ponen de manifiesto esos retos globales de las ciudades vascas, de los que se hace eco la Agenda y los clasifica en:
- Retos ambientales. Las ciudades generan más del 70% del total de gases de efecto invernadero, por lo que su transición hacia una economía neutra en carbono es clave.
- Retos sociales. Los cambios demográficos, la tendencia a la desigualdad y el riesgo de segregación espacial son desafíos a los que se debe prestar la atención que se merecen.
- Retos económicos y tecnológicos Las ciudades, como espacios que concentran buena parte del poder económico, se enfrentan a importantes retos en este ámbito. La irrupción de las nuevas tecnologías, el auge de la economía de los datos, la automatización del empleo y la generación de nuevos modelos de negocio, que suponen a su vez grandes oportunidades.
En tu opinión, ¿Qué áreas del urbanismo y el desarrollo urbano necesitan más atención en los próximos años? ¿Tienes alguna visión particular sobre cómo abordar estos desafíos de manera efectiva?
ALA:
<El futuro del desarrollo urbano, que ya es presente, es partir de una premisa evidente: la de mejorar la vida de la gente>
Así que debe ser la sostenibilidad la que marque la forma de planificar y construir nuestros pueblos y ciudades. Eso implica que el urbanismo sea inclusivo y accesible, que se aborde la tarea de naturalizar la ciudad construida, que se reduzca la huella ecológica y que no se pierdan de vista las necesidades reales de sus mujeres y hombres.
Hacen falta profesionales formados, comprometidos e innovadores que coadyuven a las personas con responsabilidad política a convertirse en la vanguardia de la planificación urbana.
¿Hay algún proyecto o iniciativa futura en la que estés particularmente involucrada o que esperes con entusiasmo? ¿Qué objetivos te gustaría lograr en el futuro cercano dentro de este sector?
ALA: Soy una apasionada de mi trabajo y solo aspiro a contribuir, poniendo mi granito de arena, a diseñar esas ciudades del futuro.
El urbanismo clásico está en crisis y está siendo objeto de grandes debates entre profesionales del urbanismo, el poder legislativo, los partidos políticos y la sociedad civil.
No es tarea fácil.
En mi opinión, la seguridad jurídica de la regulación urbanística y del planeamiento es innegable y necesaria, pero hoy la verdad es que los planes se han vuelto rígidos y burocratizados en exceso, con una clara obsesión del procedimiento por el procedimiento, que habría que superar.
Hace falta una mayor flexibilidad, más innovación, más transparencia y mucha más participación colectiva.
<Y queda una asignatura pendiente para poder hacer frente a todos estos retos, la imprescindible modernización de las administraciones para adaptarse a los nuevos tiempos>
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